jueves, 30 de septiembre de 2010

FRANCISCO FERRER I GUARDIA


Nace en Alella, España en 1859 del seno de una familia de labradores pequeños propietarios y muy religiosos y tradicionales. A los trece años termina su instrucción de una manera bastante rudimentaria (es la instrucción que recibían los hijos de los labradores y artesanos en los pueblos de poca importancia: leer y escribir más o menos correctamente y las cuatro reglas aritméticas), lo que quiere decir que fue un autodidacta aventajado (Cuesta, 1994, p 274).
Después de cumplir el servicio militar obtiene el cargo de revisor de tren en la línea Barcelona-Port-Bou-Cerbere. El jefe republicano Ruiz Zorrilla se aprovecha de sus continuas entradas y salidas de España para que llevase instrucciones a sus correligionarios del interior. De esta manera Ferrer mantiene contactos con republicanos y anarquistas, tanto exiliados como activistas de dentro del país, con cuyas ideas revolucionarias se va orientando hacia preocupaciones por otra sociedad mejor y más justa.
En 1884 Ferrer i Guardia se inicia en la francmasonería en la logia “Verdad” de Barcelona, lo que le facilitó l amistad con intelectuales como Odón de Buen y Rodríguez Méndez, rector de la Universidad de Barcelona, quienes más tarde le serán de gran ayuda cuando funde la Escuela Moderna, al igual que el dirigente anarquista Anselmo Lorenzo.
Se casa con Teresa Sanmartí, con la que tiene tres hijos. Resulta un matrimonio turbulento, hasta que ella se une a un aristócrata ruso y marcha con él a Ucrania, quedándose Ferrer al cuidado de sus hijos.
En 1901 fundó en Barcelona la Escuela Moderna y supo rodearla de un equipo de personas avanzadas y de notable prestigio.  La escuela tuvo una acogida favorable en medios burgueses radicalizados en el aspecto anticlerical, aparte de las innovaciones metodológicas y didácticas que podía aportar.
La importancia del juego en el proceso educativo y la consideración del trabajo como un elemento de primer orden constituían dos aspectos fundamentales en su sistema.
Para Ferrer, el juego es algo real en el chico que colabora en su pleno desarrollo físico y lo encamina con interés y alegría hacia el trabajo, fomentando su sentido altruista y de solidaridad. Para el maestro el juego constituye una gran ayuda en el conocimiento del niño.
Actualmente se puede aplicar el juego en la educación, como por ejemplo, los rallyes del conocimiento, donde los alumnos, a través del juego solucionan problemas o descubren pistas aplicando los conocimientos adquiridos en el aula. Esto sobre todo en el nivel básico. Aunque en los niveles superiores se pude aplicar otro tipo de juegos, sobre todo los “interactivos” utilizando la tecnología.
La obra principal de Ferrer fue La Escuela Moderna.
Martín Heriberto del Río Castrellón

REFERENCIAS
De Borja, M. (1984). El juego como actividad educativa: instruir deleitando. Barcelona: Edicions Universitat Barcelona.
Cuesta, P. (1994). La escuela en la reestructuración de la sociedad española (1900 – 1923). España: Siglo XXI de España Editores.

JOHN DEWEY

John Dewey nació en Burlington (Vermont) en 1859, hijo de un comerciante. Se graduó en la Universidad de Vermont en 1879 y después de un breve período como maestro de escuela en Pennsylvania y en Vermont continuó sus estudios en el departamento de filosofía de la Universidad John Hopkins, primera institución que organizó los estudios universitarios basándose en el modelo alemán. Allí recibió la influencia de George S. Morris, un idealista neohegeliano. Al obtener el doctorado en 1884 con una tesis sobre la psicología de Kant, Dewey acompañó a Morris a la Universidad de Michigan, donde lo sucedió en la dirección del departamento de filosofía. Cuando vivía en Michigan, Dewey conoció a su futura esposa, Alice Chipman, que era una de sus estudiantes. Alice llegó a la universidad después de varios años de maestra en escuelas de Michigan e influyó más que nadie en la orientación que tomarían sus intereses a finales del decenio de 1880. Dewey reconoció que ella había dado “sentido y contenido” a su labor y que tuvo una influencia importante en la formación de sus ideas pedagógicas (Jane Dewey, 1951, pág. 21).
La obra de Dewey abarca la última mitad del siglo XIX y gran parte del XX.
Dewey se reveló contra el intelectualismo y desarrolló un estilo de pensamiento en el que resaltó la importancia de la experiencia, del contacto del individuo con el ambiente externo, ya que a partir de esta relación, es que se produce el verdadero desarrollo y el mejoramiento en la vida de cada ser. Se propuso elaborar una pedagogía basada en su propio funcionalismo e instrumentalismo.
Basado en el crecimiento de sus propios hijos Dewey  estaba convencido que niños y adultos aprenden mediante enfrentamiento con situaciones problemáticas que surgen en el curso de las actividades que han merecido su interés.
De esta posición se desprende el concepto de interacción, es decir, cuando el individuo en continua interrelación con el medio adquiere múltiples experiencias estas a su vez deben adquirir un significado educativo, que solamente será tal hasta que sean ordenadas y predispuestas en un cierto sentido.
Dewey afirmaba que “cuando el niño llega al aula ya es intensamente activo y el cometido de la educación consiste en tomar a su cargo esta actividad y orientarla. Por lo tanto la pedagogía de Dewey requiere que los maestros realicen una tarea extremadamente difícil, que es reincorporar a los temas de estudio en la experiencia.
Para Dewey la adquisición del conocimiento significa “producción”, surge a partir del deseo interno del niño de crecer, de su iniciativa, de su deseo de progreso. Pero hasta que no se “ordene” su experiencia, hasta que no se predisponga en cierto sentido, no habrá adquisición de conocimiento, es decir, un significado educativo. Y ese cierto sentido, es hasta que el individuo “encuentre” la utilidad que este proporciona.
Un ejemplo actualizado podría ser el de la inserción de la nueva en la escuela. El niño, el joven o el adulto pueden estar en contacto con el computador, manipularlo, experimentar. Pero hasta que no se “ordene” su experiencia, hasta que no encuentre la utilidad práctica dentro de su desarrollo personal, escolar o social, no habrá conocimiento.
Entre sus principales obras se pueden señalar: Democracy and education (1926); Education as politcs (1922); The sources of a science of education (1929), entre otras.
Dewey muere en 1952.
Martín Heriberto del Río Castrellón

REFERENCIAS
Calderón, K. (2002). La didáctica hoy. México: EUNED.
 Perspectivas: revista trimestral de educación comparada (París, UNESCO: Oficina Internacional de Educación), vol. XXIII, nos 1-2, 1993, págs. 289-305.
©UNESCO: Oficina Internacional de Educación, 1999. En http://www.educar.org/articulos/JohnDewey.asp consultado el día 30 de sep de 2010.


 

sábado, 25 de septiembre de 2010

IVÁN PETROVICH PAVLOV

Nació el 27 de septiembre de 1849 en Riazan (Rusia). Hijo de un sacerdote ortodoxo, hizo sus    primeros estudios en un seminario. En 1870 ingresó en la Universidad de Petersburgo para el estudio de la medicina y la química. Una vez doctorado, amplió sus conocimientos en Alemania, donde se especializó en fisiología intestinal y en el sistema circulatorio. Desde 1879 dirigió el laboratorio experimental de Botkin        (Prada, 1995, p 71).
La guerra civil y el advenimiento del comunismo no afectaron sus investigaciones. A pesar de no ser afecto al nuevo régimen, los comunistas, que valoraban su talla como científico lo respetaron. Se dice que en una ocasión  llegó a declarar: “ Por este experimento social que estáis realizando, yo no sacrificaría los cuartos traseros de una rana”.
En 1904 obtuvo el premio Nobel de medicina por sus trabajos sobre circulación sanguínea y digestión. Precisamente fue el estudio de las secreciones gástricas lo que lo llevó a descubrir el mecanismo del reflejo condicionado.
Éste último dio origen al condicionamiento clásico. Pavlov, como buen fisiólogo, observó que un perro saliva no solamente a la vista de los alimentos, sino también a los indicios que anuncian la comida (por ejemplo el toque de una campana, o un sonido) a condición de que éstos hayan sido asociados frecuentemente a la presentación del alimento.  En concreto, Pavlov asoció el sonido de un metrónomo a la presentación del alimento, así, después de repetidas asociaciones, el sonido del metrónomo quedó condicionado y provocaba en el perro una salivación muy semejante a la provocada por la presencia del alimento. La presentación del alimento sería el estímulo incondicionado (EI), la respuesta de salivación que dicha presentación produce, se llamaría respuesta incondicionada (RI), el sonido del metrónomo al comienzo sería un estímulo neutro pero que después de repetidas asociaciones con el estímulo incondicionado, se convertiría en estímulo condicionado (EC) que evocaría una respuesta de salivación en el perro o respuesta condicionada (RC).
E. I. (comida)                                                               R. I. (salivación)
E. C. (sonido metrónomo)                                                 R. C. (salivación)
En el proceso es importantísimo el refuerzo del condicionamiento, o sea, la repetida asociación del estímulo a condicionar (neutro) con el estímulo incondicionado o absoluto. Si tenemos un estímulo ya condicionado y lo presentamos un cierto número de veces sin que lo siga el estímulo incondicionado, se comienza el proceso de extinción: el perro dejaría de salivar ante la presencia del sonido del metrónomo ( o de la campana).
Aplicado el condicionamiento clásico en el aula, el papel del docente es proporcionar los estímulos suficientes y  el refuerzo del condicionamiento del alumno; mientras éste  reacciona de manera natural a los  estímulos presentados.
El aprendizaje aquí se manifiesta por las respuestas incorporadas al repertorio de un organismo y se manifiesta por los cambios en el comportamiento y puede ser medido en cuanto a su magnitud, latencia o probabilidad.
El condicionamiento clásico se encuentra presente en las escuelas de la actualidad, sobre todo en la educación básica, pues la mayoría de ellas continua utilizando una campana o  timbre para indicar el inicio y término de labores. También con ciertos “rituales” como las palmadas para guardar silencio o algunas canciones como “La lechuza” o “un cierrecito”.
Su obra principal  fue Reflejos condicionados (1926).
Murió de una congestión pulmonar el 27 de febrero de 1936.

Martín Heriberto del Río Castrellón

REFERENCIAS
De la Mora, J. (1979). Psicología del aprendizaje: Teorías. México: Editorial Progreso.
Prada, R. (1995). Escuelas Sicológicas y Sicoterapéuticas. México: Editorial San Pablo.



jueves, 23 de septiembre de 2010

FEDERICO FROEBEL


       Augusto Guillermo Federico Froebel nació en abril de 1782 en Oberweisbach, Turinga (Alemania).  Hijo de un pastor protestante, que no podía ocuparse mucho de él, y de una madre que falleció antes de que Froebel cumpliera un año de vida, vivió una infancia triste y melancólica. A los 10 años quedó al cuidado de un tío suyo residente en Stadtilm, donde asistió a la escuela municipal. Después de estudió filosofía, arquitectura y mineralogía en la Universidad de Jena y, posteriormente, en la de Berlín (Montes, 2003. p 204).
Influido grandemente por las ideas pedagógicas de Pestalozzi, Froebel es el creador de los mundialmente conocidos “jardines de infancia” (Kindergarten) donde se inicia la educación de los niños de una manera diferente a lo establecido hasta entonces.  Esta educación se basa en las actividades espontáneas del niño, particularmente el juego, y para lo cual deben prepararse materiales que ayuden dicha actividad. Estos materiales son los “dones” o “regalos”: la pelota, la esfera, el cubo subdividido de manera variada, etc., que junto con los cuadernos de instrucción que contiene versitos para cantar a coro, constituyen la base didáctica del Kindergarten.
De la influencia de Comenio derivó su interés por la educación de la primera infancia y al igual que Pestalozzi pregonó la importancia de las experiencias reales y la idea de que el salón de clases óptimo era aquel que reflejara las condiciones emocionales de una familia feliz. De su vasto aporte a la educación preescolar se destaca la importancia concedida al juego como primera manifestación natural de la actividad del niño (Zúñiga, 1995, p 22).
La maestra fue concebida por Froebel como una jardinera o educadora de la infancia y concibió al niño como ente activo, reflexivo, responsable, y agente de su propio desarrollo.
En el jardín de niños froebeliano se llevaban a cabo actividades tanto dentro y fuera del aula: se hacían paseos, se facilitaba la autoexpresión, se aprovechaba para relacionar las partes con el todo, adquiriendo conciencia de que en forma natural, el aprendizaje del niño va de lo concreto a lo abstracto.
La propuesta de Froebel se puede aplicar en la escuela actual, relativamente fácil, programar visitas a museos y parques con la intención de aprender o aplicar lo visto en clases y aprovechar la salida como un día de paseo familiar.  Regresando al aula se puede aprovechar para hacer comentarios respetando la autoexpresión.
Froebel recibió fuertes críticas por su sistema educativo, motivo pro el cual el gobierno prusiano cerró en 1851, todas las instituciones educativas semejantes al “jardín de infancia”. Entre las críticas  se establece que su obra fue más poética que científica y que se le concedía demasiada importancia a las actividades recreativas.
Sus ideas pedagógicas se exponen ampliamente en el volumen titulado La educación del hombre (1826).
Froebel murió en 1852.

Martín Heriberto del Río Castrellón

REFERENCIAS
Montes, S. (2003). Clásicos de la pedagogía. México: UNAM.
Zúñiga, I. (1998). Principios y técnicas para la elaboración de material didáctico para el niño de 0 a 6 años. San José: EUNED.
http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/efemerides/junio/interna/euro21.htm consultado el 22 de septiembre de 2010.

martes, 21 de septiembre de 2010

JOHANN HEINRICH PESTALOZZI




Nace el 12 de enero de 1746 en Suiza. Tiene una infancia  con hechos que serán de gran trascendencia en su vida adulta, como la muerte de su padre cuando tenía cinco años de edad, la consecuencia de una limitada situación económica y los ejemplos de su madre y la sirvienta como modelos de la moral para desarrollar en sus centros educativos.
En el siglo XIX se establece una corriente pedagógica que resalta los aspectos psicológicos en la educación. Se presenta como una necesidad imperante el conocer al niño en todas sus manifestaciones, donde se concibe a la educación dentro de la tradición de la autoestructuración cognoscitiva. Pestalozzi no es ajeno a estas expresiones sociales y culturales, haciendo innegable la influencia de la ilustración, de Kant y de Rousseau en su obra pedagógica.
Su   propuesta estaba fundamentada en tres aspectos:
1. La INTUICIÓN,
2. El desarrollo integral de las capacidades del niño y
3. La enseñanza activa en oposición a la memorización.
Pestalozzi afirmaba que no se debía razonar con los niños en sus primeros años, sino limitarse en los medios de desarrollo de su espíritu. Estos medios de desarrollo son:
a) Extender cada vez más el círculo de su INTUICIÓN,
b) Imprimir en ellos precisa, firme e inconfusamente las intuiciones llevadas a su conciencia,
c) Suministrarle conocimientos de lenguaje suficientes para todo lo que la naturaleza y el arte haya llevado a su conciencia y deba llevar aún,
d) evidencia además, la necesidad de instrumentos didácticos como libros ilustrados para la primera infancia con un lenguaje adecuado a la edad de los niños.
Pero la INTUICIÓN es solo el punto de partida hacia la adquisición del conocimiento. Por este motivo el maestro debe también poseer INTUICIÓN y reconocerla en el niño para avanzar con él, poco a poco, de un conocimiento a otro como saltando peldaños juntos hacia una meta común.
Para Pestalozzi la conciencia del niño no es pasiva o meramente receptiva, sino espontánea y creativa. El pensamiento pestalozziano está presente en las aulas al presentar contenidos de lo más simple a lo  más complejo y de no pasar a otro contenido hasta que no se haya comprendido el anterior, así como la enseñanza a través de la percepción y la educación física, entre otros.
Su obra más importante fue Como enseña Gertrudis a sus hijos. Pestalozzi muere el 17 de febrero de 1827.
Martín Heriberto del Río Castrellón

REFERENCIAS
Calderón, K. (2002). La didáctica hoy. México: EUNED.
http://www.monografias.com/trabajos13/pesta/pesta.shtml


domingo, 19 de septiembre de 2010

JUAN JACOBO ROUSSEAU



       Filósofo suizo, huérfano de madre desde la niñez, Jean Jaques Rousseau fue criado por su tía materna y su padre, un modesto relojero. Sin apenas haber recibido educación, trabajó como aprendiz con un notario y con un grabador.
Rousseau trabó amistad con los ilustrados, y fue invitado a contribuir con artículos de música a la Enciclopedia de D’Alembert y Diderot; éste último lo impulsó a presentarse en 1750 al concurso convocado por la Academia de Dijon, la cual le otorgó el primer premio a su Discurso sobre las ciencias y las artes, que marcó el inicio de su fama.
Es el máximo representante del Naturalismo, corriente que se caracterizó por la idea de la necesidad de la educación natural, del desarrollo espontáneo del individuo. El punto más importante de la propuesta roussoniana es el valor del infante. Rousseau se ocupa de los derechos del niño y se rehúsa a ver en él a un hombre en pequeño.
La consideración del niño en cuanto niño lo conduce en la búsqueda de la “perfección” propia de cada edad. Para él, la infancia tiene sus propios modos de pensar, de sentir, y nada es más equivocado que el querer imponer o sustituir ese modo de pensar y sentir de los niños.
Considerar al hombre, hombre y al niño, niño, es llevar a cabo una educación acorde con la naturalez; es decir ni falsa, ni artificial, ni mucho menos preocupada por los éxitos sociales y profesionales.
La curiosidad es otro elemento importante presente en Emilio, su obra pedagógica, que conduce al descubrimiento, la experiencia debe preceder al mandato del maestro y el maestro debe reconocer su gran necesidad de comprender al niño.
Desde  Rousseau la doctrina educativa impuso la exigencia de ver al niño como centro y fin de la educación.
Martín Heriberto del Río Castrellón
REFERENCIAS
 Calderon, K. (2002). La didáctica hoy. Concepciones y aplicaciones. México: EUNED.
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/rousseau_jeanjacques.htm


RENÉ DESCARTES



          Nació el 31 de marzo de 1596 en La Haya, una pequeña población en la Turena francesa, cerca de Tours. Actualmente, este pueblo se llama Descartes en su honor. Era el tercer hijo de una familia que tenía médicos entre sus antecesores. Su padre Joachim, ocupaba un cargo  de consejero en el Parlamento de Rennes, capital de Bretaña. Su madre, Jeanne Brochard, murió en el parto de otro hijo que también murió tres días más tarde, cuando René tenía un año, por lo que fue criado por su abuela materna.
La orfandad y una delicada salud marcaron sus primeros años. En 1607 ingresó al Colegio Real de la Fléche, donde permaneció hasta los 19 años. El Colegio había sido fundado por los Jesuitas poco antes de la llegada de Descartes y apadrinado por el Rey Enrique IV.
En el razonamiento de Descartes influyen eventos históricos que lo impulsan a rechazar el principio de autoridad.  La más importante es la revolución científica de Kepler y Galileo, con lo que empieza a desmoronarse el aristotelismo. Otra causa importante es que a partir del siglo XVI resurge con gran fuerza el escepticismo filosófico y moral, a través de escritores tan influyentes como MOntaigne, Charron, Sánchez y otros. Descartes se encuentra en este marasmo, por un lado los  escépticos, que combaten con argumentos muy sólidos las verdades de la religión y la filosofía; de otro están los escolásticos, la tendencia conservadora que se defiende de la nueva ciencia y del escepticismo con las armas de la lógica y de la dialéctica tradicional.
Para Descartes el punto de partida será la duda, y a través de un método que tiene poco de estructura formal, va desarrollando los contenidos que se derivan de una unidad del saber: una exposición racional completa del universo, del mundo terrestre y de la máquina corporal. Todo esto sin descuidar los problemas de la validez de nuestro conocimiento, los problemas metafísicos del alma y de Dios, para cavar examinando las pasiones y la moral.
El papel del aprendiz es dudar de lo que percibe y razonar sobre sus percepciones. Descartes decía: “Conozco por intuición, de manera evidente, que soy una cosa que piensa. Ahora bien, ¿qué es una cosa que piensa?, algo que tiene pensamiento, y ¿qué es el pensamiento? Por pensamiento comprendo todo lo que está en nosotros de tal forma que somos conscientes inmediatamente de ello” (Meditaciones, AT, VII, p. 160). El docente es un guía que pone en duda lo que percibe el alumno.
En la actualidad puedo utilizar el pensamiento de Descartes en las investigaciones de los alumnos: que sigan un método, el que crean más conveniente, y dejarse guiar por sus propias percepciones y poner en duda sus aportaciones hasta que estén seguros y se informen en varias fuentes.
Para Descartes el aprendizaje es la fuerza emocional y  moral que cuenta solo con su propia razón para combatir los prejuicios y el escepticismo. Es una búsqueda íntima de la verdad; pero la verdad nos es subjetiva, sino que nos abre el camino a la objetividad.
Descartes muere de neumonía en Estocolmo el 11 de febrero de 1650 a la edad de 53 años. Su obra más importante se publicó en 1637 Discurso del método para dirigir bien la razón y hallar la verdad en las ciencias.
Martín Heriberto del Río Castrellón
REFERENCIA
Morillo-Velarde, D. (2001). René Descartes. México: EDAF.

sábado, 18 de septiembre de 2010

JUAN AMÓS COMENIO


Jan Amos Komenský nació en Moravia, región de la actual República Checa un 28 de marzo de 1592. El único varón y el menor en una familia de cinco integrantes, granjeros y pertenecientes a la Unión de Hermanos Moravos. Después de completar sus estudios en Alemania, volvió a su país natal y más tarde fue ordenado sacerdote de su congregación.  La contrarreforma católica, destinada a combatir el protestantismo, se hallaba en pleno apogeo y alcanzó la cúspide en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648).
Con la aparición de la Didáctica Magna, Comenio propone enseñar a partir de la observación sensorial, avanzar de lo general a lo particular, empezar por las tareas más fáciles, evitar la imposición de demasiadas tareas, iniciar antes del deterioro mental y enseñar todo con un solo método.
La propuesta de Comenio era la necesidad de utilizar un método - el método natural - fundamentado en características cíclicas, de manera que se retomaran en cada grado los conocimientos adquiridos en el grado anterior.
Para el padre de la pedagogía se trataba de partir de la experiencia, de poseer una idea anterior al conocimiento, una idea natural, una relación sensorial con las cosas, antes que con la palabra misma.
De esta manera el papel del aprendiz era activo, y en contacto directo con la naturaleza, tratando de captar experiencia a través de los sentidos y el del docente de proporcionar primeramente experiencias naturales y juegos para después conducir al conocimiento. El aprendizaje se daba cuando el estudiante era capaz de entender el entorno que lo rodeaba.
En la actualidad podemos aplicar el método natural propuesto por Comenio en algunas actividades de Ciencias Naturales y Matemáticas al utilizar la clasificación de diferentes objetos en el patio escolar como hojas (por tamaño, color, textura, etc.) o figuras geométricas u otros objetos.
Comenio muere en el año 1670. Sin embargo su obra perdura en el contexto educativo pues tuvo la visión de organizar un método específico con carácter universal y continuo, con carácter integral, que lo coloca en un plano anticipado de su época y como uno de los más grandes reformadores pedagógicos de la historia.
Martín Heriberto del Río Castrellón
REFERENCIA
Calderon, K. (2002). La didáctica hoy. Concepciones y aplicaciones. México: EUNED.



JUAN AMÓS COMENIO

LA EDUCACIÓN EN LA EDAD MEDIA Y LA ALTA ESCOLÁSTICA

  
En los siglos VI y VII las condiciones en Europa redujeron la cultura a tal punto que casi desapareció. Sólo en algunas ciudades de Italia se contaban con la existencia de escuelas, sobre todo de gramática, retórica, leyes y medicina.
El resto de Europa empezó a florecer bajo la influencia de Carlomagno, cuyo móvil principal era procurarse un número de funcionarios laicos y eclesiásticos suficiente para administrar el imperio.
Uno de los más grandes centros de cultura medieval fue la corte del Rey Federico II de Sicilia, en la que se encontraron las corrientes filosóficas árabe y cristiana y floreció la primera escuela italiana de poesía.
Las escuelas en la edad media eran en su mayoría, instituciones religiosas, excepto en algunas ciudades italianas. Así, las parroquias impartían la instrucción elemental y los monasterios y catedrales impartían también la instrucción media y superior.
Las escuelas monásticas predominaron hasta el siglo IX; sucesivamente fueron superadas en importancia por las escuelas catedralicias. Éstas dieron origen a la más importante institución cultural de la Edad Media, la Universidad. El término universitas se aplicaba a toda comunidad organizada con cualquier fin. Las Universidades eran comunidades de profesores agrupadas para defenderse del canciller, el obispo, el rey o quien intentase ejercer un fuerte dominio sobre alguno de ellos. Así mismo, los estudiantes formaron sus  propios grupos o ligas para protegerse de los profesores, las autoridades municipales u otros. Así fue como se les fue aplicando el término a los grupos de profesores y de alumnos pasando de la escuela catedralicia a Universidad como institución autónoma.
A finales del siglo XV se contaba con 75 Universidades en Europa. Por muchos siglos fueron el punto de partida de la actividad científica e intelectual hasta después de la Revolución Industrial.
La función principal de las escuelas en la escolástica era el mejor entendimiento de la fe cristiana. El problema principal de la escolástica era llevar al hombre al entendimiento de las verdades reveladas en los libros sagrados.  Nos trataba pues de encontrar la verdad, pues ésta ya estaba dada en la revelación, sino sólo de entenderla. Para ello utiliza instrumentos y materiales de la tradición filosófica y vive sustancialmente a expensas de la filosofía griega. Así pues, se distinguen en la escolástica tres periodos:
·         La alta escolástica, que va de mediados del siglo IX hasta fines del siglo XII. En este periodo fe y razón se consideran en perfecta armonía.
·         El fortalecimiento de la escolástica, o sea, la época de los grandes sistemas escolásticos, que va desde principios del siglo XIII hasta los primeros años del siglo XIX. En este periodo el acuerdo entre fe y razón se considera parcial; se admite la posibilidad de que la razón llegue a resultados independientes aunque opuestos a las enseñanzas de la fe.
·         La disolución de la escolástica, que va desde los primeros decenios del siglo XIV hasta el Renacimiento. Se caracteriza por el hecho de admitir que existe contraste entre fe y razón, con lo cual el problema escolástico mismo acabó por vaciarse de su significado.
 Martín Heriberto del Río Castrellón

REFERENCIA
Abbagnano, N. y A. Visalberghi. (1981). Historia de la Pedagogía. Madrid: Fondo de Cultura Económica

SAN AGUSTÍN

Aurelio Agustín nació en Tagaste, África romana en el año 354. Su padre Patricio era pagano y su madre Mónica era cristiana y ejerció sobre el hijo una profunda influencia. Cultivó de joven los estudios clásicos y a los 19 años fue atraído a la filosofía por el Hortensio de Cicerón. Se adhirió entonces a la secta de maniqueos (374). Permaneció en Cartago hasta la edad de 29 años, enseñando retórica y dedicándose a amoríos y amistades de que más tarde se arrepintió  y acusó por igual.  San Agustín ocupa un lugar especial en la patrística, de la que es innegablemente la figura central.
Su aportación, la teoría de la iluminación,  indica que el conocimiento de toda verdad nueva no sólo implica determinados signos o palabras que la ocasionan, sino también una efectiva y directa intervención divina que se realiza en nosotros como iluminación divina. San Agustín propone dudar y resolver las dudas, iluminar la fe con la razón y la razón con la fe, haciendo hablar al maestro interior, la verdad misma que es Dios.
San Agustín evalúa desde el punto de vista cristiano las disciplinas paganas de enseñanza y determina que algunas de ellas como la gramática, la retórica, la dialéctica, la música, la aritmética, la geometría y la astronomía son necesarias para un proceso de formación y purificación merced al cual el alma se hace capaz de captar la Unidad divina del mundo y el trasmundo.
San Agustín reconoce la labor docente y considera a los catecúmenos (aprendices) como ignorantes, pero purísimos y necesitados de ese saber. Por eso la alegría y no el tedio debe experimentar quien enseña para que su enseñanza sea eficaz. Que en apariencia tenga que repetirse, que deba utilizar palabras llanas e imágenes sencillas, que deba descender al nivel del inculto, todo ello no obsta para que su enseñanza sea viva y jocunda. El maestro se realiza en el amor con que se adapta al educando, con que desciende al nivel de su comprensión. Y en verdad al hacerlo así se educa y perfecciona a sí mismo, porque las nociones viejas se renuevan en quien las enseña con auténtico empeño, con sincera dedicación. Y casi podría decirse que quien enseña aprende del que aprende. El papel principal  es el del maestro y los contenidos a enseñar, el papel del aprendiz es estático, memorístico y sobre todo disciplinado.
La propuesta de San Agustín es vigente en las aulas, hacer dudar al alumno y resolver sus dudas. Así como también aprender con quien aprende, ya que el aprendizaje como proceso nunca termina.
Las obras más representativas de San Agustín fueron los compuestos en Cassiciaco: Contra académicos, De la beatitud, Del orden y Soliloquios. En Roma escribió De la grandeza de alma y de regreso a Tagaste compuso, entre otras, De la verdadera religión, que figura entre las más notables.
San Agustín falleció en Hipona el 28 de agosto de 430.
Martín Heriberto del Río Castrellón

REFERENCIA
Abbagnano, N. y A. Visalberghi. (1981). Historia de la Pedagogía. Madrid: Fondo de Cultura Económica.

viernes, 17 de septiembre de 2010

LA EDUCACIÓN CRISTIANA PRIMITIVA Y LA PATRÍSTICA

LA “BUENA NUEVA”
La “buena nueva”  del cristianismo se propagó velozmente en la segunda mita del siglo I, alcanzando a Grecia y Roma. Los hombres carentes de un centro firme para los valores morales, se habían quedado, por así decirlo, solos con su destino individual y se debatían en el ansia de darle un valor y un significado. El cristianismo resultó ser la tabla de salvación que consistía en anunciar a los hombres de buena voluntad, independientemente de la raza o la clase social, el reino de Dios, o sea una renovación merced a la cual se establecerán en el mundo la justicia, y el amor. Se trata de una renovación íntima y espiritual, que deberá verificarse gradualmente en la conciencia de los hombres a medida que éstos rompan las ataduras terrestres para crearse otras basadas en el amor.
Dios, más que el Señor, es el  Padre de todos los hombres y el amor se convierte en el vínculo fundamental de la comunidad cristiana. El cristianismo es un renacer del hombre que muere para la vida de la carne y revive en el espíritu, es decir, en la verdad, la justicia y el amor. El cristianismo paulino marca el momento de la identificación del reino de Dios anunciado por Cristo con la comunidad cristiana o Iglesia, tal cual había venido constituyéndose históricamente como resultado de la revelación cristiana.
LA EDUCACIÓN DEL CRISTIANO
La “buena nueva” trajo consigo un nuevo ideal pedagógico: la formación del hombre nuevo y espiritual, miembro del reino de Dios. Los evangelios con sus parábolas e imágenes y los preceptos  llenos de una simplicidad lineal eran elementos de una pedagogía nueva, ausente de intelectualismos. La acción educativa estaba dirigida a los adultos y la impartían ciertos fieles delegados para ello que se denominaban simplemente maestros (didaskalois). Posteriormente  se confió la educación de los catecúmenos (candidatos al bautismo)  a sacerdotes especialmente preparados.

Por muchos siglos, el cristianismo no se ocupó  de la instrucción común, sólo la religiosa,  dejando en manos de los paganos  la organización escolar. Sin embargo, hay que señalar que en los lugares donde no había escuelas y cultura literaria, el cristianismo las promovía. Así los misioneros de la fe, también fueron de una cultura de carácter cristiano-helenístico.
LA PATRÍSTICA: PRIMER PERIODO
El cristianismo para defenderse de los ataques y las herejías, tuvo que organizarse en un sistema de doctrina y se presentó a sí mismo como la verdad que la filosofía griega había encontrado sólo a medias. Identificó en este primer periodo filosofía y religión. La filosofía cristiana nace en el siglo II con los Padres Apologetas (defensores de ataques y acusaciones). El principal Padre apologeta fue Justino que nació en Palestina y residió en Roma. Otros Padres como Irineo e Hipólito polemizan contra las sectas de gnósticos.
LA PATRÍSTICA EN LOS SIGLOS III Y IV
Este periodo se extiende desde el 200 al 450 aproximadamente. Se consolida la doctrina cristiana bajo una base lógica sólida. Contribuye la escuela de Alejandría fundada por Panteno en el 180 convirtiéndose en academia cristiana. También la escuela de Cesárea en Palestina fundada por Orígenes y que llegó a ser la sede de biblioteca más rica en toda la antigüedad cristiana.
LA EDUCACIÓN EN EL PERIODO PATRÍSTICO
Los padres orientales aprovecharon la educación clásica y la integraron a la educación cristiana. Los padres latinos  se oponían a toda clase de enseñanza pagana. La cultura medieval se concentró específicamente en los aspectos espirituales negando en la educación todo aquello que pudiera distraer la atención de la meditación interior y empezar a preocuparse por lo externo, corpóreo o terreno.
La obra de Marciano Capella Las Bodas de Mercurio y la Filosofía fue utilizada como texto de la instrucción medieval reduciendo las aretes liberales a siete, eliminando medicina y arquitectura por ser elementos terrenos y corpóreos. En la lógica se adoptaron los textos de Severino Boecio rescatando la lógica  aristotélica y estoica.
En el siglo VII comienza el periodo más oscuro de la historia medieval. Isidoro de Sevilla compone una serie de obras para las escuelas monásticas y episcopales tituladas Etimologías y Orígenes, una especie de enciclopedia de veinte libros donde esta condensado todo el saber del tiempo.
Martín Heriberto del Río Castrellón

REFERENCIA
Abbagnano, N. y A. Visalberghi. (1981). Historia de la Pedagogía. Madrid: Fondo de Cultura Económica.

SÓCRATES

Sócrates nació en Atenas, en el demo de Alopecia, entre 470 y 469 a.C., es decir, al final de las Guerras Médicas, con las que los griegos pusieron fin a la hegemonía de los Persas en el Mediterráneo (Brun, 1995. p. 21). Su madre, Fenarete, era una partera; su padre, Sofronisco, era escultor y por ello Sócrates diría en broma que descendía de Dédalo, el ancestro de todos los escultores.
Es probable que Sócrates recibiese la educación que recibían los jóvenes atenienses de su tiempo, esto es, debió aprender música, gimnasia y gramática, es decir, el estudio de la lengua apoyado por comentarios de textos. A esta educación que Sócrates recibió de sus maestros, hay que añadir la que pudo darle el siglo excepcionalmente brillante que fuera el siglo V en sus comienzos: Esquilo muere cuando Sócrates tenía 14 años; Sófocles y Eurípides son, por una decena de años, mayores que Sócrates; en pocas palabras, estamos en el llamado Siglo de Pericles.
Muchas son las aportaciones de este filósofo ateniense entre las que se pueden destacar la mayéutica, la ética, la ironía, que le permitían entrar en lo más íntimo de la juventud.
Con su método Sócrates confronta con preguntas y respuestas al hombre para forzarlo a saber y llegar así al conocimiento científico.
Ante la declaración del Oráculo de Delfos de que él era el hombre más sabio de Atenas, Sócrates dijo con falsa modestia que le resultaba difícil de creer y que       “Sólo sé que no sé nada”. Así que comenzó a interrogar a los otros hombres sabios de Atenas tratando de averiguar qué sabían. Era un consumado maestro en exponer creencias torcidas o erróneas; pretendiendo que no sabía nada, exigía de su adversario que le dijera qué era lo que sabía; a medida que éste lo iba exponiendo, iba él pinchando la burbuja de sus ilusiones haciéndole preguntas agudas.
Su método de hacer preguntas era mucho más profundo de lo que parecía a primera vista. Sócrates intentaba clarificar el debate comenzando por los primeros principios básicos sobre los que descansaban las ideas del adversario y señalar en particular las consecuencias de tales ideas.
No tardó mucho en demostrar, para su propia satisfacción, que los hombres sabios de Atenas no sabían nada en realidad, igual que él. Así pudo concluir que el Oráculo de Delfos había estado en lo cierto; él era el más sabio de los hombres, pues sabía que no sabía nada.
Para Sócrates el aprendiz debe sacar, a través de los cuestionamientos, el conocimiento científico. En los diálogos de Platón, Sócrates explica a Menón cómo cuando él aprende geometría lo único que hace es llevar hasta su conciencia aquellas ideas que desde siempre estaban en su alma. El maestro debe utilizar el diálogo  para alcanzar el conocimiento de sí mismo y hacer con ello el conocimiento de sus alumnos.
Para Sócrates el saber era la ética, la ciencia siempre tiene una incidencia ética al crear un espacio para el hombre en el cual éste se conocerá y obrará en consecuencia. D e esta manera el aprendizaje es parte de la ética, ya que ésta y la ciencia no son sólo complementarias, sino que además tienen un punto en común que las hace solidarias: las nociones universales.
Sócrates muere en el 399 a.C. Su obra perdura gracias a los escritos de Platón su discípulo.
Martín Heriberto del Río Castrellón

Referencias
Brun, J. (1995). ¿Qué sé? Sócrates. México: Publicaciones Cruz O. S.A.
Strathern, P. (1999). Sócrates en 90 minutos. España: Siglo XXI de España Editores.

domingo, 5 de septiembre de 2010

HERENCIA PEDAGÓGICA




La pedagogía como disciplina del proceso educativo, ciencia de la educación y didáctica experimental estudia las condiciones de recepción de conocimientos, así como el papel de los actores: profesor, alumno y “saber” (contenidos) dentro de un contexto determinado social y culturalmente.
Las sociedad de acuerdo a sus intereses, costumbres, preferencias y visiones han tratado de transmitir a las nuevas generaciones su forma de vivir,  sus conocimientos, costumbres y cultura en general. Nos ha heredado, pedagógicamente hablando,  la educación para todos,  la división de ésta por estratos sociales, el razonamiento como proceso de aprendizaje y enseñanza y la memorización; la libertad de cátedra y la violencia física y simbólica en la educación.
La escuela, como institución social, ha sido la encargada de tal transmisión y en particular, señala Santonio de la elaboración y transmisión de la lengua. Precisamente, la cultura helenista acuña el término. Nilsson citado por Santonio menciona que esta cultura hereda algunos aspectos como el reglamento escolar, prioridad de la lengua y la literatura sobre otras asignaturas o disciplinas y la edad en la que el niño debe comenzar su aprendizaje.
El término Paideia en la cultura helenística era utilizado para  indicar la formación del niño en relación al adulto, de manera que el significado es similar al de pedagogía en la actualidad. Santonio puntualiza que en ese momento se establece la diferencia entre educación familiar y educación escolar.
¿Y quien se encargaba de la enseñanza? Para Santonio, la docencia era el castigo que los poderosos daban a quienes los ofendían o desobedecían, pues eran esclavos cultos, pero al fin y al cabo esclavos. Entre ellos estaban el Paidagogós, que además de ser niñero y escudero del joven, le transmitía sus conocimientos; el Didáscalos que se encargaba de la disciplina y enseñanzas generales y de los 12 a los 14 años los atendía el Grammatistés, una especia de maestro especializado en la lengua.
En la cultura helenística, la educación estaba destinada principalmente para los hijos de los nobles y para algunos de clase media que eran destacados, sin embargo, en la ciudad de Mileto la escuela era una institución pública y el docente un funcionario municipal cuyo requisito era que tuviera habilidades para controlar a los alumnos. De esta manera, el maestro era instructor del saber y el comportamiento y el pedagogo era un simple niñero. Cabe mencionar que para los griegos no había aprendizaje sin dolor, para poder llegar a la edad de la razón. Por lo que se puede deducir que había sanciones físicas o psicológicas para obtener resultados favorables.
Así pues, desde la época helenística se sientan las bases de la educación actual: escuelas públicas y privadas, ninguna mejor o peor que otra, pero sí con sus diferencias de clase, filosofía y concepciones sobre la enseñanza y el aprendizaje; así como el papel de docente, el aprendiz y los contenidos. Se puede decir que aparecen los primeros modelos educativos aunque Santonio los define como corrientes filosóficas helenísticas: epicureísmo, con Epicuro como principal exponente, defensor del socioafectivismo y la serenidad del alma. Armonía natural. El  estoicismo, con Zenón de Citio, Séneca y Marco Aurelio como exponentes, con la  lógica como principio único: hay que desarrollar la mente parta custodiar la verdad razonable y escepticismo con Pirron de Elíde como fundador colocaban todo  sobre la mesa en la discusión y el análisis y los resultados como plausibles, no verdades absolutas.
La cultura helenístico-romana comienza a decaer y surge una “buena nueva”: el cristianismo, que en su  afán por expandirse diseñó una educación principalmente para adultos denominada catecuménica, de preparación para el bautismo. A pesar de que el cristianismo no se ocupó de la educación por varios siglos, en aquellos sitios donde no había escuelas las promovía. Así, el clero funda escuelas para diferentes niveles casi en cada monasterio, parroquia y catedral. De aquí se puede entender el gran poder social y económico alcanzado por el clero, particularmente la iglesia católica.
San Agustín, principal exponente de la época y defensor absoluto de la fe cristiana destaca el interés y la admiración como componentes esenciales del educando y educador para que no surjan el tedio, el aburrimiento y la apatía. Elementos que, de alguna manera, son tomados en cuenta en la actualidad.
El método utilizado por el clero era acertado, ya que los alumnos leían el texto, se comentaba y se discutía un problema determinado debatiendo los integrantes en pro o en contra. Sin embargo, ya que el clero era el fundador de las escuelas, el problema era  que se inclinara principalmente a la educación en la fe cristiana, de manera  que sólo existía una verdad: la verdad divina.
Pero también hubo cosas buenas, para Abbagnano la Universidad es fruto de las escuelas catedralicias de la edad media y significa “toda comunidad organizada con cualquier fin”. Tenían como propósito la defensa de los docentes contra las arbitrariedades del poder dominante y además los estudiantes hacían lo propio, agrupándose para defenderse de los maestros, autoridades y otros. Esto puede ser el antecedente  del sindicalismo y de las asociaciones de estudiantes. Lo que sí rescata el autor es la autonomía de las Universidades  para evitar la intromisión de las autoridades y defender el derecho a la libertad de pensamiento.
Al final de la edad Media, en la alta escolástica, aparece  el filósofo-pedagogo checo Comenio, autor del primer sistema pedagógico propiamente como tal y cuya influencia perdura en la actualidad. Según Abbagnano, Comenio era un luchador social a favor de la paz del mundo y podría decirse entre democrático, humanista e idealista. Sienta las bases de la escuela popular gratuita y obligatoria para todos los niños sin distinción al postular la escuela única.
Su sistema de enseñanza va dirigido al pueblo, no a los poderosos, es defensor de la escuela para todos; herencia que perdura, ya que la escuela para poderosos existía. Postula el método de carácter sensualista, es decir, el conocimiento se logra a través de la percepción directa, el realismo y la intuición.
Para Comenio la educación era el eje vertebral de la sociedad y establecía que la infancia era el momento indicado para iniciarla centrándose en tres aspectos: intelectual, moral y religiosa. Cada nivel educativo debía ser continuación rigurosa del anterior. Planteamientos que son tomados en cuenta para las reformas educativas actuales. Su principal obra Didáctica Magna, apareció en 1632 donde señala básicamente el embrión de la teoría de la enseñanza, con ella alcanza la  fama mundial.
Los planteamientos de Comenio fueron considerados como una Revolución Pedagógica que sirvieron de marco a posteriores teóricos como Locke, Rousseau, Pestalozzi, Kant, Hegel, Fichte, Froebel, Comte y otros.
Juan Jacobo Rousseau, filósofo francés ilustrado, aporta en materia de educación su pensamiento reformador y progresista en su cuarta obra titulada Emilio o La Educación aparecida en 1762  donde postula un nuevo paradigma de la educación. Partidario del sensualismo, al igual que Comenio, proponía que se debía educar al niño lejos de la civilización, en “el seno de la naturaleza”. La educación natural y libre.
Rousseau plasmó enérgicamente respetar la personalidad de cada estudiante y tomar en cuenta los intereses y deseos del alumno. El rol del docente era dirigir, apoyar y ayudar al educando en la solución de problemas y orientar sus  intereses. Para él la educación debía tomar en cuenta las características especiales de cada edad del niño. Pues cada uno, según él, nace con diferente temperamento, capacidad, carácter, etc., los cuales pueden ser modelados, razón por la cual se oponía a una educación uniforme.
Es importante señalar que ni Comenio ni Rousseau trataron sobre la educación de la mujer, discriminándola y marginándola quizá por situación de ésta en esa época que lógicamente rebasaba por mucho su pensamiento.
Juan Enrique Pestalozzi, destacado teórico pedagogo suizo, precursor de los postulados de Rousseau, combinaba la educación con el trabajo productivo de los alumnos y al mismo tiempo desarrollaba lo físico, intelectual y moral. Postuló la educación multifacética, que consistía en preparar a las nuevas generaciones en varios oficios. Proponía también que los industriales financiaran la educación.
Para Pestalozzi la educación debería ser patrimonio de toda la humanidad sin distinción de credo o raza y la escuela como la fuerza motora para la transformación social, donde deja ver su concepción humanista y demócrata. Para él, las madres eran parte fundamental de la educación y era importante prepararlas, ya que la ésta debe comenzar desde el momento en que el ser humano viene al mundo. Su teoría de la enseñanza elemental incluía: educación física, trabajo, moral, estética y formación intelectual.
Fröbel sucesor de Rousseau y discípulo de Pestalozzi nacido en Alemania postula su pedagogía basada en “intuición de la profunda unidad de lo real”. Es el que pone en práctica la educación preescolar y defiende el juego del niño como su libertad para acercarse al mundo natural. Al igual que Rousseau establece que al niño se le trate como tal y no como  un adulto en miniatura.
John Dewey, nacido en Estados Unidos de América fue filósofo, psicólogo y pedagogo interesado en la reforma de la teoría y la práctica educativa confrontó su principio en la famosa escuela laboratorio, dándole un carácter experimental. Preconiza el aprendizaje con actividades diversas sin seguir un contenido curricular preestablecido y riguroso.
Para Dewey los alumnos aprenden haciendo, comprenden haciendo y hacen haciendo. Se opone a los métodos de enseñanza autoritarios. Para él la educación debía proporcionar una preparación adecuada para la vida en una sociedad democrática, debía tener intrínsecamente un sentido en el propio desarrollo del alumno con su realización, formar la arquitectura humana en lo moral  y en lo solidario.
Céletin Freinet, pedagogo francés desarrolla una nueva pedagogía basada en métodos activos y en la libre expresión del niño.  En 1950 expone sus ideas en el escrito Carta de la Escuela Moderna donde aboga por una enseñanza que debía priorizar el desarrollo de la personalidad del niño, respetando lo que acuñó con el término “equilibrio vital”.
Para Paulo Freire, nacido en Brasil,  el proceso educativo es un proceso pedagógico y a la vez un acto político, que tiende a la transformación del hombre. Para él, el pensamiento es el resultado de un proceso de conocimiento dialéctico e histórico determinado, y es ante todo un acto colectivo: “…nadie enseña a nadie, los hombres se educan entre sí, mediatizados por el mundo”.
En su concepción educativa, la metodología está determinada por la relación dialéctica entre teoría y método. El método de Freire es fundamentalmente un método de cultura popular, forma conciencia y politiza. Contrario a la educación “bancaria” que se limita a transferir y depositar conocimientos en las mentes acríticas de los estudiantes.
La educación debe ser práctica liberadora que permita al hombre hacerse más hombre y más libre. También se opone a la acción sin reflexión (activismo) y a la reflexión sin acción (verbalismo), proponiendo una reflexión profunda y una acción congruente con la reflexión y análisis.
Así pues, la evolución de la pedagogía ha experimentado la “selección natural” al cambiar y / o modificar los métodos de enseñanza y aprendizaje, incluso al eliminar los que considera inadecuados para las nuevas generaciones. Así también, ha perpetuado los elementos que se han considerado útiles en todas las sociedades a través del tiempo: esa es la Herencia Pedagógica.
Martín Heriberto del Río Castrellón.
Referencia
Ruiz  J. (2010). Herencia Pedagógica. México. Unidad Académica de Docencia Superior. Maestría en Ciencia de la Educación. Universidad Autónoma de Zacatecas.








LA HERENCIA PEDAGÓGICA