domingo, 19 de septiembre de 2010

JUAN JACOBO ROUSSEAU



       Filósofo suizo, huérfano de madre desde la niñez, Jean Jaques Rousseau fue criado por su tía materna y su padre, un modesto relojero. Sin apenas haber recibido educación, trabajó como aprendiz con un notario y con un grabador.
Rousseau trabó amistad con los ilustrados, y fue invitado a contribuir con artículos de música a la Enciclopedia de D’Alembert y Diderot; éste último lo impulsó a presentarse en 1750 al concurso convocado por la Academia de Dijon, la cual le otorgó el primer premio a su Discurso sobre las ciencias y las artes, que marcó el inicio de su fama.
Es el máximo representante del Naturalismo, corriente que se caracterizó por la idea de la necesidad de la educación natural, del desarrollo espontáneo del individuo. El punto más importante de la propuesta roussoniana es el valor del infante. Rousseau se ocupa de los derechos del niño y se rehúsa a ver en él a un hombre en pequeño.
La consideración del niño en cuanto niño lo conduce en la búsqueda de la “perfección” propia de cada edad. Para él, la infancia tiene sus propios modos de pensar, de sentir, y nada es más equivocado que el querer imponer o sustituir ese modo de pensar y sentir de los niños.
Considerar al hombre, hombre y al niño, niño, es llevar a cabo una educación acorde con la naturalez; es decir ni falsa, ni artificial, ni mucho menos preocupada por los éxitos sociales y profesionales.
La curiosidad es otro elemento importante presente en Emilio, su obra pedagógica, que conduce al descubrimiento, la experiencia debe preceder al mandato del maestro y el maestro debe reconocer su gran necesidad de comprender al niño.
Desde  Rousseau la doctrina educativa impuso la exigencia de ver al niño como centro y fin de la educación.
Martín Heriberto del Río Castrellón
REFERENCIAS
 Calderon, K. (2002). La didáctica hoy. Concepciones y aplicaciones. México: EUNED.
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/rousseau_jeanjacques.htm


No hay comentarios:

Publicar un comentario