Nacido en 1946, Francisco Varela estudió en el Verbo Divino de Santiago.
Realizó sus estudios de pregrado en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile donde se licenció como biólogo en 1967. Luego obtuvo un doctorado en la Universidad de Harvard.
Como parte de su formación inicial estudió la licenciatura en filosofía en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, junto las lecturas guiadas por Roberto Torreti en el Centro de Estudios Humanísticos de la Escuela de Ingeniería en 1966.
Como parte de su formación inicial estudió la licenciatura en filosofía en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, junto las lecturas guiadas por Roberto Torreti en el Centro de Estudios Humanísticos de la Escuela de Ingeniería en 1966.
Por esta vía Varela conoció la fenomenología europea y comenzó la lectura de Husserl, Heidegger y Merleau Ponty. Gracias a la colaboración de Felix Schwartzman, Francisco descubrió la naturaleza social de la ciencia. A través de los autores Alexandre Koyré, Georges Canguilhem y de Gastón Bachelard -que convergerían en los trabajos de Thomas S Kuh en "La estructura de las revoluciones científicas". Esta formación lo dejaría en una inmejorable posición para convertirse en uno de los maestros de la epistemología experimental del siglo XX.
En 1973 el científico emigró a Estados Unidos y trabajó en la Universidad de Nueva York. Volvió temporalmente a Chile entre 1980 y 1985, para luego marcharse a Europa, al Instituto Max Planck, en Alemania. Finalmente se radicó en Francia.
Francisco Varela investigó durante la mayor parte de su vida las bases biológicas del conocimiento y el lenguaje, las características de la vida, realizó aportes a la comprensión de la epilepsia y del sistema inmunológico y exploró las fronteras de la neurociencia y la psicología cognitiva.
Su adhesión a la filosofía budista lo llevó a estudiar la relación entre el pensamiento oriental y los métodos científicos de Occidente. Por esta misma motivación se dedicó a investigar los fundamentos biológicos de la conciencia.
Figura de relevancia mundial en el campo de la neurociencia cognitiva, abrió vías exploratorias a través de lo que denominó la neurofenomenología, donde se advierte la influencia de Maurice Merleau-Ponty. Estudió junto con su maestro y compatriota Humberto Maturana las bases biológicas del conocimiento y de la conciencia, así como la relación sincrónica entre la actividad neuronal del cerebro, la percepción y la conciencia. Introduce el término de autopoiesis en la biología, término que refiere la autonomía de los seres vivos en la generación de soluciones específicas para su propia realidad y circunstancias. Esta dimensión del análisis biológico, inserta en una concepción sistémica, tuvo proyecciones muy amplias en el mundo de las ciencias cognitivas, en la sociología y la idea de las segmentaciones autorreferentes de Nikla Luhmann, en la ciencia política, en la psicología, etcétera.
Varela analiza los procesos de captación de información y los mecanismos de procesamiento cerebral, dando un salto cualitativo en los estudios sobre la teoría de la información, al desplazar la matriz física del análisis hacia el campo de la biología. Es, también, un acercamiento a la persona y las peculiaridades cerebrales de la recepción, marcadas por la autonomía –las ‘interpretaciones’ personales- del sistema nervioso. La física, señala Varela, no provee de herramientas, metáforas y contextos necesarios para comprender el funcionamiento de una célula, un sistema nervioso o de un sistema social. Se abren aquí nuevas perspectivas científicas sobre la percepción y la objetividad, así como de las interacciones, en el campo de la comunicación en sociedad, que describen los consensos acerca de las sensaciones de la realidad, en la que el observador forma parte del mundo observado. El mundo es como nos parece, porque en ello coinciden las percepciones múltiples de quienes forman agregaciones de observación presentes e históricas. El sistema nervioso ordena y regula la imagen de la realidad, que no es caprichosa, sino que está relacionada con el ambiente de quien percibe y procesa.
Varela analiza los procesos de captación de información y los mecanismos de procesamiento cerebral, dando un salto cualitativo en los estudios sobre la teoría de la información, al desplazar la matriz física del análisis hacia el campo de la biología. Es, también, un acercamiento a la persona y las peculiaridades cerebrales de la recepción, marcadas por la autonomía –las ‘interpretaciones’ personales- del sistema nervioso. La física, señala Varela, no provee de herramientas, metáforas y contextos necesarios para comprender el funcionamiento de una célula, un sistema nervioso o de un sistema social. Se abren aquí nuevas perspectivas científicas sobre la percepción y la objetividad, así como de las interacciones, en el campo de la comunicación en sociedad, que describen los consensos acerca de las sensaciones de la realidad, en la que el observador forma parte del mundo observado. El mundo es como nos parece, porque en ello coinciden las percepciones múltiples de quienes forman agregaciones de observación presentes e históricas. El sistema nervioso ordena y regula la imagen de la realidad, que no es caprichosa, sino que está relacionada con el ambiente de quien percibe y procesa.
Publicó numerosos artículos sobre la fisiología sensorial, el modelado biológico y la inmunología, y es autor de varios libros. Entre ellos destacamos El árbol del conocimiento, en coautoría con Humberto Maturana (Ed. Universitaria), The Embodied Mind: Cognitive Science and Human Experience) La Mente Encarnada: Ciencia Cognitiva y Experiencia Humana) (MIT Press, 1991), en colaboración con E. Thompson y E. Rosch, Etica y Acción, (Dolmen Ediciones, 1995). En el último periodo de su vida se desempeño como profesor de ciencias cognitivas en la Fondation de France, y de epistemología en la Escuela Politécnica de París.
REFERENCIAS
http://www.ecovisiones.cl/metavisiones/Pensadores/franciscovarela.htm consultado el día 30 de octubre de 2010.
http://www.infoamerica.org/teoria/varela1.htm consultado el día 30 de octubre de 2010.
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